lunes, 29 de agosto de 2011

La gitana, el caracol... y un final feliz






… Sabes una cosa, tu nick me hace acordar a una chica que una vez me dijo nunca me miraste a los ojos y yo le dije que no me gusta mirar a la gente a los ojos porque me da miedo. Me pregunto miedo a que, y le dije a que descubran el secreto que se esconde en el fondo de mis ojos… y me dijo cuál es ese secreto y le conteste, es una historia muy triste que una gitana me la conto una vez cuando me estaba tirando las cartas y que nunca se la conté a alguien.
… La gitana me había dicho; muchacho déjame que mire en el fondo de tus ojos, a ver si descubro algo, porque son tantas cartas feas juntas las que te están saliendo

… Años después un caracol me dio un gran consejo, pipa el abrazo es la mejor manera de terminar con la tristeza, pero no te fieis mucho, los seres humanos no saben construir finales felices.

… A veces tengo la sensación de que mirar el fondo de los ojos de una persona es como mirarla desnuda. Después ya nada es igual.

… Quizás conocer el secreto sea el primer paso para tratar de construir un final... un final feliz.

sábado, 21 de mayo de 2011

..."la intrascendencia significa estar conectado al msn por 24hs y que nadie te hable"...

sábado, 30 de abril de 2011

Que descanses en PAZ!


No me siento bien para escribir en este momento y ya anoche estuve escribiendo o mejor dicho tratando de escribir algo… solo quiero expresar la profunda pena que me da que haya fallecido Ernesto Sábato.

Sábato, con Borges, Benedetti y Galeano, fueron los escritores que me hicieron entrar en el fabuloso mundo de la lectura.

No me siento bien para escribir en este momento, así que mejor cedo la palabra…

En Abaddón el Exterminado se lee:

“Ernesto Sábato quiso ser enterrado en esta tierra, con una sola palabra sobre su lápida: PAZ”.

lunes, 25 de abril de 2011

Mi abuelo


Eusebio Zamácola 'El vasco' es un personaje de leyenda en la provincia de Chaco, en Argentina. Un bandolero que se enfrentó a la policía, fue muy querido por la gente y con una vida llena de altibajos. Durante los últimos años, el historiador argentino Fabio Echarri ha investigado la vida de 'El vasco' –ha participado en la beca Miguel de Unamuno–, lo que lo ha traído hasta Basauri. Eusebio Zamácola nació y vivió en Basauri hasta los 19 años, para después emigrar a Argentina en busca de una nueva vida. Allí se convirtió en un bandolero de leyenda que mantuvo en jaque a la policía, lideró una infinidad de atracos y fue admirado por su pueblo. Esta es la historia de Eusebio Zamácola, 'El Vasco' de Basauri en el Chaco Argentino.

Eusebio Zamácola Abrisqueta nació en San Miguel de Basauri (Bizkaia), el 5 de marzo de 1905. Realizó estudios primarios y secundarios, e hizo el servicio militar en la Legión Extranjera Española. Llegó a Argentina a principios de 1924, y cuatro años más tarde a la provincia de Chaco. Este era entonces un lugar atractivo para trabajar con gran cantidad de industrias y movimiento comercial.

Se lo acusaba de todo delito cometido en el territorio, desde un simple robo hasta una acción planificada con inteligencia. Algunos lo sindicaban como la mano derecha de otro conocido bandolero llamado Segundo David Peralta, alias 'Mate Cocido'. Junto con Antonio Rossi 'El Calabrés', el 'Catalán Noy' y el 'Indio Herrera', asolaron los caminos del Chaco durante la década de 1930, sembrando el miedo en las grandes empresas que manejaban el movimiento comercial en esta parte de Argentina, que explotaban a los trabajadores y manipulaban el precio de los productos primarios obtenidos con el sudor del trabajo diario.

Asaltos a trenes y pagadores, emboscadas en las picadas del monte y robo en las propias oficinas. Siempre armados, en coche y a caballo, se ocultaban en la espesa selva chaqueña. Contaban con apoyo popular por la generosidad y el buen trato dispensado a la gente común, que veía a estos bandidos rurales con simpatía porque dejaban en ridículo a una policía ineficaz y corrupta.

El día 13 de marzo de 1938 fue detenido en la Provincia de Córdoba cuando ya pensaba en su retiro; y cinco días después encerrado en la cárcel de la ciudad de Resistencia. La prensa chaqueña titulaba a pie de página: "Fue detenido el tristemente célebre pistolero Zamácola, autor de numerosos asaltos en los caminos del Chaco". Fue condenado a 8 años de prisión y quedó en libertad el 10 de marzo de 1946. Según apunta Ramón de las Mercedes Ticera, historiador argentino, "Eusebio merecía otro destino. Era un hombre joven bastante instruido, pero se derivó al delito guiado por una conciencia de rebeldía. En su mente bullía el idealismo revolucionario de aquellos años".

Eusebio Zamácola contrajo matrimonio con Sara Scharaff Acuña, con quien tuvo dos hijos, y tras cumplir la condena, se casó por segunda vez con Aurelia Fleytas con la que tuvo ocho hijos. Vivió en las localidades de Napenay y Quitilipi por más de veinte años. Trabajó en aserraderos locales en calidad de administrador, y gozó de gran respeto entre los habitantes de la región. Ya finalizando la década de 1960 fue a vivir a San Martín, provincia de Buenos Aires, donde siguió trabajando hasta que vio menguar su salud hasta fallecer en 1983.

El resto de la familia Zamácola Abrisqueta se fue de Basauri y vivió en Galicia. Dos hermanos de Eusebio se enrolaron en la falange, uno de ellos, Fernando Zamácola, de la derecha radical, murió durante la Guerra Civil y fue conocido como 'El león de Rota'. El otro hermano, Alejandro Zamácola, también fue falangista después de haber militado en el partido comunista y murió hace dos años cerca de Cádiz.

Según apunta el historiador Fabio Echarri, "él siempre guardó silencio sobre una parte de su vida. Como si no hubiera querido dar testimonio de lo que hizo o justificarse ante nadie, y dejaba que cada quién pensara lo que quisiera. Para él, lo que hizo, hecho estaba". Para todos siguió siendo 'El vasco'. Para el Chaco, ya está convertido en leyenda. Ahora, para Basauri, también es leyenda.

miércoles, 27 de octubre de 2010

Requiem

El celular suena, suena y suena. Murió Kirchrner. Me estas jodiendo. Pone la tele, recién murió, posta!. Es miércoles 27 de octubre, pero me siento como si fuera un domingo.

Hace días ronda en mí la idea de escribir sobre la muerte. Como un fantasma aparece en el tren, en el laburo, en el café, en la facu y hasta en la ducha. No paro de pensar en la frase que Sarter escribió en la Nausea, “Cada días nos parecemos mas al cadáver que vamos hacer”.

En una semana dos muertes. En una semana se llena dos veces la plaza.

Este no es un texto político, ni literario. Es solo un intento de liberarme de este desasosiego causado ante los hechos ocurridos.

El joven Ferreyra muerto por unos canallas. A Kirchner el corazón le dijo basta.

El jueves pasado, la plaza se lleno de jóvenes. Caras que pasaban de la bronca a la desolación. Se cantaba, pero también se estaba en silencio, con la mirada perdida, quizás buscando alguna respuesta. Un joven, un compañero, asesinado por unos miserable.

Vuelvo a casa, tengo ganas de escribir, pero no sé porque no lo hago.

Hoy la plaza está llena de nuevo. Mañana, jueves, también la plaza se va a llenar. Otros rostros. Tal vez no haya bronca. Pero si cantos y tristeza. Kirchner, el hombre que parecía no estar quieto nunca, murió. Algunos lo lloran. Yo no lloro.

Otros, en otro lado, festejan. Me pregunto que festeja. No encuentro respuestas. Murió ante todo un hombre y si bien la muerte no nos exculpa de nuestros errores, tampoco nunca la muerte puede ser festejada. Nunca el odio más visceral a una persona puede transformarse en alegría ante su muerte. Personalmente, coincidiendo Bayer, me reservo mi repudio más visceral “para los verdaderos enemigos de la humanidad, esos que hacen posible que mientras se mueren millones de niños de hambre se gasten en armas las mejores reservas de los pueblos, a esos por fabricar artículos superfluos en pos de la egoísta ganancia personal han envenenando ecológicamente el futuro de las próximas generaciones y dividido al mundo entre desarrollados y subdesarrollados”.

Este no es un texto político, ni literario. Es solo un intento… y quizás cada día nos parecemos mas al hombre que van a recordar.

Dos hombres han muerto. Dos hombres son llorados. Yo no lloro. Busco respuestas ante la muerte. Solo encuentro más dudas y una sola certeza.

Ante la muerte, las palabras no alcanzas para expresar lo que siento. Tal vez, quizás, ante ella, el lenguaje de los abrazos, las palmadas, las miras y el silencio compartido, sea una mejor forma de expresarse.

domingo, 17 de octubre de 2010

17 de octumbre

En la historia Argentina, como en toda historia, existen acontecimientos que marcan un antes y un después. El 25 de mayo, el 9 de julio, el trio de batallas Caseros, Cepeda y Pavón, el 6 de septiembre de 1930 y su (nefasta) acordada del 10 de setiembre, el 17 de octubre, el 24 de marzo, el diciembre del 83, la década del 90 y el... fueron (entre otros) en nuestra historia sucesos que, por alguna o varias razones, marcaron nuestra identidad como pueblo, nacion y pais.
De todos los mencionados voy transcribir, lo dicho por Jauretche, sobre el de 17 de octubre de 1945, conocido como "el día de la lealtad" y es:


...."Lo que movilizó las masas hacia Perón no fue el resentimiento, fue la esperanza. Recuerde usted aquellas multitudes de octubre del '45, dueñas de la ciudad durante dos días, que no rompieron una vidriera y cuyo mayor crimen fue lavarse los pies en la Plaza de Mayo, provocando la indignación de la señora de Oyuela, rodeada de artefactos sanitarios. Recuerde esas multitudes, aún en circunstancias trágicas y las recordará siempre cantando en coro —cosa absolutamente inusitada entre nosotros— y tan cantores todavía, que les han tenido que prohibir el canto por decreto-ley. No eran resentidos. Eran criollos alegres porque podían tirar las alpargatas para comprar zapatos y hasta libros, discos fonográficos, veranear, concurrir a los restaurantes, tener seguro el pan y el techo y asomar siquiera a formas de vida "occidentales" que hasta entonces les habían sido negadas"...
Jauretche, Los profetas del odio

El año pasado transcribi lo que expreso el maestro Leopoldo Marechal, asi que lo pueden buscar en el blog.



sábado, 16 de octubre de 2010

Todas las cartas de amor son ridículas...



Todas las cartas de amor son ridículas...

Todas las cartas de amor son
ridículas.
No serían cartas de amor si no fuesen
ridículas.

También escribí en mi tiempo cartas de amor,
como las demás,
ridículas.

Las cartas de amor, si hay amor,
tienen que ser
ridículas.

Pero, al fin y al cabo,
sólo las criaturas que nunca escribieron cartas de amor
sí que son
ridículas.

Quién me diera el tiempo en que escribía
sin darme cuenta
cartas de amor
ridículas.

La verdad es que hoy mis recuerdos
de esas cartas de amor
sí que son
ridículos.

(Todas las palabras esdrújulas,
como los sentimientos esdrújulos,
son naturalmente
ridículas).

Fernando Pessoa