miércoles, 27 de octubre de 2010

Requiem

El celular suena, suena y suena. Murió Kirchrner. Me estas jodiendo. Pone la tele, recién murió, posta!. Es miércoles 27 de octubre, pero me siento como si fuera un domingo.

Hace días ronda en mí la idea de escribir sobre la muerte. Como un fantasma aparece en el tren, en el laburo, en el café, en la facu y hasta en la ducha. No paro de pensar en la frase que Sarter escribió en la Nausea, “Cada días nos parecemos mas al cadáver que vamos hacer”.

En una semana dos muertes. En una semana se llena dos veces la plaza.

Este no es un texto político, ni literario. Es solo un intento de liberarme de este desasosiego causado ante los hechos ocurridos.

El joven Ferreyra muerto por unos canallas. A Kirchner el corazón le dijo basta.

El jueves pasado, la plaza se lleno de jóvenes. Caras que pasaban de la bronca a la desolación. Se cantaba, pero también se estaba en silencio, con la mirada perdida, quizás buscando alguna respuesta. Un joven, un compañero, asesinado por unos miserable.

Vuelvo a casa, tengo ganas de escribir, pero no sé porque no lo hago.

Hoy la plaza está llena de nuevo. Mañana, jueves, también la plaza se va a llenar. Otros rostros. Tal vez no haya bronca. Pero si cantos y tristeza. Kirchner, el hombre que parecía no estar quieto nunca, murió. Algunos lo lloran. Yo no lloro.

Otros, en otro lado, festejan. Me pregunto que festeja. No encuentro respuestas. Murió ante todo un hombre y si bien la muerte no nos exculpa de nuestros errores, tampoco nunca la muerte puede ser festejada. Nunca el odio más visceral a una persona puede transformarse en alegría ante su muerte. Personalmente, coincidiendo Bayer, me reservo mi repudio más visceral “para los verdaderos enemigos de la humanidad, esos que hacen posible que mientras se mueren millones de niños de hambre se gasten en armas las mejores reservas de los pueblos, a esos por fabricar artículos superfluos en pos de la egoísta ganancia personal han envenenando ecológicamente el futuro de las próximas generaciones y dividido al mundo entre desarrollados y subdesarrollados”.

Este no es un texto político, ni literario. Es solo un intento… y quizás cada día nos parecemos mas al hombre que van a recordar.

Dos hombres han muerto. Dos hombres son llorados. Yo no lloro. Busco respuestas ante la muerte. Solo encuentro más dudas y una sola certeza.

Ante la muerte, las palabras no alcanzas para expresar lo que siento. Tal vez, quizás, ante ella, el lenguaje de los abrazos, las palmadas, las miras y el silencio compartido, sea una mejor forma de expresarse.

domingo, 17 de octubre de 2010

17 de octumbre

En la historia Argentina, como en toda historia, existen acontecimientos que marcan un antes y un después. El 25 de mayo, el 9 de julio, el trio de batallas Caseros, Cepeda y Pavón, el 6 de septiembre de 1930 y su (nefasta) acordada del 10 de setiembre, el 17 de octubre, el 24 de marzo, el diciembre del 83, la década del 90 y el... fueron (entre otros) en nuestra historia sucesos que, por alguna o varias razones, marcaron nuestra identidad como pueblo, nacion y pais.
De todos los mencionados voy transcribir, lo dicho por Jauretche, sobre el de 17 de octubre de 1945, conocido como "el día de la lealtad" y es:


...."Lo que movilizó las masas hacia Perón no fue el resentimiento, fue la esperanza. Recuerde usted aquellas multitudes de octubre del '45, dueñas de la ciudad durante dos días, que no rompieron una vidriera y cuyo mayor crimen fue lavarse los pies en la Plaza de Mayo, provocando la indignación de la señora de Oyuela, rodeada de artefactos sanitarios. Recuerde esas multitudes, aún en circunstancias trágicas y las recordará siempre cantando en coro —cosa absolutamente inusitada entre nosotros— y tan cantores todavía, que les han tenido que prohibir el canto por decreto-ley. No eran resentidos. Eran criollos alegres porque podían tirar las alpargatas para comprar zapatos y hasta libros, discos fonográficos, veranear, concurrir a los restaurantes, tener seguro el pan y el techo y asomar siquiera a formas de vida "occidentales" que hasta entonces les habían sido negadas"...
Jauretche, Los profetas del odio

El año pasado transcribi lo que expreso el maestro Leopoldo Marechal, asi que lo pueden buscar en el blog.



sábado, 16 de octubre de 2010

Todas las cartas de amor son ridículas...



Todas las cartas de amor son ridículas...

Todas las cartas de amor son
ridículas.
No serían cartas de amor si no fuesen
ridículas.

También escribí en mi tiempo cartas de amor,
como las demás,
ridículas.

Las cartas de amor, si hay amor,
tienen que ser
ridículas.

Pero, al fin y al cabo,
sólo las criaturas que nunca escribieron cartas de amor
sí que son
ridículas.

Quién me diera el tiempo en que escribía
sin darme cuenta
cartas de amor
ridículas.

La verdad es que hoy mis recuerdos
de esas cartas de amor
sí que son
ridículos.

(Todas las palabras esdrújulas,
como los sentimientos esdrújulos,
son naturalmente
ridículas).

Fernando Pessoa